Ahora sé que
lo que dejaste en mi no son huellas,
Son solo
cicatrices de heridas casi infectadas,
Heridas que
sangraban y supuraban cada día,
En las que
clavabas tu puñal contaminado…
Ahora sé que
no son marcas de amor,
Son lesiones sufridas
y llagas dolorosas,
Esas que
suturabas desde afuera,
Pero seguían
abiertas en lo más adentro.
Ahora sé que
nunca fuiste mi aliciente,
Siempre
fuiste el verdugo que azotaba mi pureza,
El poco o
mucho amor verdadero que te di,
Todo lo acabaste,
como acabaste mi creencia…
Ahora sé que
no dejaste huellas, dejaste heridas,
Dejaste sangre
y pus mezclados en mi carne,
Dejaste recelo,
duda, sospecha y agonía,
Dejaste todo
y al final, no dejaste nada…
Katerine B.
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