pesa más que aquellas noches en tus brazos,
más que los amaneceres exhaustos de pasión,
más que el desayuno que preparaste aquella mañana...
Hoy no queda más que desasosiego y perturbación,
un recuerdo empañado por la amnesia y el desuso,
palabras envilecidas por exceso de pronunciación
y cientos de despedidas ahora imperceptibles...
Quizás nunca sabré cuánto marqué tu vida,
tú jamás sabrás cuánto dejaste en mí,
y aunque mis huellas borres de ti
en medio de la ausencia sabrás que sigo aquí...
Te has perpetuado en mi alma a través del tiempo,
en aquel desayuno decías "Te Amo",
el amanecer, el ocaso, la lluvia y el rocío...
Mas hoy la futilidad de tu despedida
ahoga mi sentir y apesadumbra mi alma,
sólo un grito en el fondo de mi pecho...
vociferando...¡Vuelve amor mío!
Katerine B.