sábado, 1 de marzo de 2014

LA CITA FINAL

El humo de su último cigarro, la niebla y sus alientos se confundieron,
La madrugada espesa y fría y el susurro del viento vaticinaba aquel adiós...

Era tan inminente el fin, como ineludible era aquella cita...
una cita con la muerte, que les quebrantaba el alma y los sueños,
un encuentro de agonía, desconsuelo y amargura...y de amor...
un amor miserable y cobarde, amor irresoluto y prohibido.

Pobres desdichados, envueltos en la renuncia de su pasión,
traicionando aquel futuro construido en llanto, espera e ilusión...
desechos pusilánimes incapaces de encarar sus fantasías,
tan abominables sus miedos como entrañables sus caricias...

Esa luna que los vio amarse sin cansancio, ahora los veía llorar,
era su merecido por soñar, por juntar sus manos al caminar,
un justo castigo por abdicar y abandonarse a sus mundos,
esos que no les complacían, esos que quisieron ignorar...

Finalmente rompió la aurora, y con ella, un grito de dolor,
un grito mudo en cada pecho, y un beso intenso ya sin sabor...
tan pocas y vacías las palabras, tan fría y desgraciada la resignación,
su última mirada agonizante y esa infinita culpa en el corazón...
Katerine B.

lunes, 17 de febrero de 2014

NO SON HUELLAS

Ahora sé que lo que dejaste en mi no son huellas,
Son solo cicatrices de heridas casi infectadas,
Heridas que sangraban  y supuraban cada día,
En las que clavabas tu  puñal contaminado…

Ahora sé que no son marcas de amor,
Son lesiones sufridas y llagas dolorosas,
Esas que suturabas desde afuera,
Pero seguían abiertas en lo más adentro.

Ahora sé que nunca fuiste mi aliciente,
Siempre fuiste el verdugo que azotaba mi pureza,
El poco o mucho amor verdadero que te di,
Todo lo acabaste, como acabaste mi  creencia…

Ahora sé que no dejaste huellas, dejaste heridas,
Dejaste sangre y pus mezclados en mi carne,
Dejaste recelo, duda, sospecha y agonía,

Dejaste todo y al final, no dejaste nada…

Katerine B.

sábado, 1 de febrero de 2014

LUTO

Pétreo corazón, flotando en la saliva 
espesa y pegajosa que la vida me escupió,
pútrido y maloliente, muerto hace años, 
pero cebando en un pecho vacío y no menos putrefacto.

¿Cuándo te apagaste así?
¿Porqué amputaron miserablemente tus pálpitos?
¿Cuándo te mutilaron las ganas de latir
y te abandonaron mientras desangrabas?

¿Acaso te queda una esperanza?
¿Podría alguien restaurar cada tejido fragmentado,
podrías recobrar un solo latido de aquellos antiguos?
¿O ya es tarde, porque tu sepulcro te ha confortado?

Hoy estás ahí, muerto, con latidos desabridos,
pero eres fuerte, inmune a las decepciones,
frívolo ante el dolor, todo te resulta inano...
te vencieron, pero ahora, nada te hace humano.

Katerine B.



miércoles, 8 de enero de 2014

ERAS TÚ AQUEL MINUTO

Esa noche te sentía respirar en mi oído,
Eras tan claro y difuso a la vez…
Juraba que eras tú, era tu aroma,
Eran tus manos, tu aliento perdido…

Te agitabas sobre mi pecho,
El sudor de tu frente bañaba mi rostro,
Tus uñas rasgando mis muslos,
Eras tú, sólo tú sobre mi lecho…

Era tu voz, suave y esforzada,
Tus gemidos, tus suspiros y tus quejas,
Eran tus ojos, como llamas ardientes,
Era tu boca, que me besaba desesperada…

Era tu cuerpo sobre el mío,
Era tu humedad impregnando la mía,
Tus ganas, las de siempre, sin hastío…
Eras tú aquel minuto, el del último quejido…

Mas ya con el vigor perdido,
Mis labios besaron tu espalda,
Sentí los tuyos, pero no como antes,
Ya no eras tú, amargamente…era un desconocido…!!

Katerine B.