lunes, 17 de febrero de 2014

NO SON HUELLAS

Ahora sé que lo que dejaste en mi no son huellas,
Son solo cicatrices de heridas casi infectadas,
Heridas que sangraban  y supuraban cada día,
En las que clavabas tu  puñal contaminado…

Ahora sé que no son marcas de amor,
Son lesiones sufridas y llagas dolorosas,
Esas que suturabas desde afuera,
Pero seguían abiertas en lo más adentro.

Ahora sé que nunca fuiste mi aliciente,
Siempre fuiste el verdugo que azotaba mi pureza,
El poco o mucho amor verdadero que te di,
Todo lo acabaste, como acabaste mi  creencia…

Ahora sé que no dejaste huellas, dejaste heridas,
Dejaste sangre y pus mezclados en mi carne,
Dejaste recelo, duda, sospecha y agonía,

Dejaste todo y al final, no dejaste nada…

Katerine B.

sábado, 1 de febrero de 2014

LUTO

Pétreo corazón, flotando en la saliva 
espesa y pegajosa que la vida me escupió,
pútrido y maloliente, muerto hace años, 
pero cebando en un pecho vacío y no menos putrefacto.

¿Cuándo te apagaste así?
¿Porqué amputaron miserablemente tus pálpitos?
¿Cuándo te mutilaron las ganas de latir
y te abandonaron mientras desangrabas?

¿Acaso te queda una esperanza?
¿Podría alguien restaurar cada tejido fragmentado,
podrías recobrar un solo latido de aquellos antiguos?
¿O ya es tarde, porque tu sepulcro te ha confortado?

Hoy estás ahí, muerto, con latidos desabridos,
pero eres fuerte, inmune a las decepciones,
frívolo ante el dolor, todo te resulta inano...
te vencieron, pero ahora, nada te hace humano.

Katerine B.