Este suicidio
diario amenaza con tu vida. Mi melancolía es un asesino serial y silencioso.
Quisiera pedirte que salieras sin decir adiós, pero sé que querré un último beso.
En el fondo, jamás querría nada que fuera lo último contigo. Pero muero, me
entierro en mis pesadillas, en mis sombras, en ese cuarto sombrío que había
cerrado, pero que visito de vez en cuando para aislarme de los murmullos
humanos y las risas de aquellos que simulan ser felices. ¿Sabes? Contigo he
sido feliz, no mentiría. Solo temo que un día no soportes más mi perniciosa
ambición de no sentir demasiado.
Tú no lo sabes, no sabes cuánto lucho, en
vano, infructuosamente, como lucha un insecto por escapar de la telaraña,
pretendiendo huir del amor en que me hallo atrapada. La vida me pesa un poco,
no sabes de mi cansancio, de mis penas, y de todo aquello que olvido cuando
estás a mi lado, por eso no lo sabes. Por eso puede que me ames, porque no has
entrado en ese cuarto oscuro de lamentos nocturnos, no has sentido los gusanos
arrastrarse por tu piel, no has oído los sollozos del pasado como estruendo en
tu cabeza. Por eso puede que te ame, porque sueles evitar que pase mucho tiempo
allí encerrada y salgo al mundo de dónde has venido y me has dado motivos para
quedarme aquí. Mas no evitas que camine aún por las sendas empedradas que
raspaban mis rodillas, y miro a través de mi camino hacia atrás, con la mirada
orgullosa de quien ama sus raíces y sus heridas. Amo mis heridas, solo por
ellas puedo darte un poco más de mí, un poco más de lo que antes di.
¿Te has
sentido cansado? ¿Has
cerrado tus ojos esperando no abrirlos más? Me desharé de la llave que me
adentra en aquel lugar, seguro, algún día. Hoy solo no toquen a la puerta, temo
que se abra y sus horrores sean homicidas. Mañana querré simplemente no volver,
así como hoy no quiero volver, no quiero la vida real, no quiero la rutina que
me embebe en un siniestro aburrimiento de obligadas acciones sociales. Anhelo
la ausencia de sonidos mas todo me envuelve, me aturde y creo desvariar.
Silencio, soledad, este es mi eco, una dosis de algo pudiera probar, no tengo
nada, de entre todos mis vicios solo estas letras manchadas de cenizas puedo
mencionar. Y mi cigarro…y quizá, tus ojos…
K.B.
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