A veces es mejor perderse en besos
pasajeros, esos que no lastiman, esos que sólo te hacen sentir...
¿Sentir
qué?...deseo, pasión, lujuria...esos que al final no llenan, no marcan, no
hacen diferencia. Otra boca más, otra que pronuncia las mismas palabras que
salen de cualquiera enceguecida por el calor y el fuego. Hay días en que el
amor pierde sentido, porque sabes que puedes sentirlo momentáneamente en
cualquier abrazo, en una caricia, en el roce de la piel...y muy seguramente
nada de esto lastimará como el sentir de un corazón enamorado.
No se trata
de creer o no en el amor, se trata de la elección de sufrir o disfrutar, de
amar y llorar o de no hacerlo y vivir. El amor es un trago de desespero que se
pasa de a poco, que se disfraza en buenos momentos, que luego se tornan en
motivos para aguantar y soportar en su nombre. Pero que al cabo se desvanecen y
se opacan por las ganas de huir de él.
Las mieles
se disfrutan una vez, luego es solo un almíbar melifluo y empalagoso que te
pega de nada. Quizás pueda decirse que es un mal necesario. Necesario para
combatir una soledad que te juzga y te hace sentir parte de nada y de nadie.
Necesario para creer que alguien te complementa, de ser así, crees que solo no
eres suficiente. No te basta con tus líos, y quieres llevar los de alguien más
a cuestas, pero eso te hace sentir importante para el otro. A veces no eres
capaz de soportar tu vida, pero tratas de hacer llevadera la de alguien más
porque lo "amas".
Quizás el
amor en palabras de un enamorado suenen mejor, más positivas, más
románticas...y no es que nunca lo haya estado, de hecho llevo uno que jamás sale
de mi pecho, son sólo pequeños estragos que a veces se convierten en letras,
las consecuencias de un amor sufrido, maltratado, candente como ninguno,
aclamado desde lo más profundo, sin motivos suficientes para morir, pero
tampoco bastantes para sobrevivir.
Katerine B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario